Oportunidades Disfrazadas de Problemas

Publicado: abril 16, 2010 en Comunicación, Publicidad
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Hace algún tiempo recibimos en la agencia una llamada de un Cliente solicitándonos la realización de un video de 25 minutos como herramienta para reforzar en sus empleados la seguridad en el área de trabajo.

Esta empresa se dedica a la manufactura de hilo de nylon y tiene a más de 1,500 trabajadores en la planta de producción. En aquella época tenía un altísimo índice de accidentes, y aquello empezaba a convertirse en un problema grave. La empresa suponía que necesitaba reforzar sus políticas de seguridad, recordar a los trabajadores la importancia de usar su equipo de protección y  de poner atención a lo que hacían.

¿Veinte minutos para hablar de eso?

El día del brief y después de escuchar la propuesta de la pieza de comunicación, nos negamos para producir semejante somnífero. Queríamos saber exactamente por qué ocurrían los accidentes antes de lanzarnos a elaborar una pieza que técnicamente jamás iba a servir.

Después de platicar con varios de los trabajadores descubrimos que el asunto más bien tenía una raíz psicológica. Cada uno de esos trabajadores se sentía aislado del resto del mundo; durante las 8 horas de trabajo no existía nada más que las máquinas y cada uno de ellos. El trabajo diario se había convertido en un reto para vencer a la máquina, hacerlo más rápido. Y para lograrlo infringían todas las reglas de seguridad.

La solución no era un recordatorio de lo que debían hacer, sino hacerlos entrar en conciencia y ponerlos desde la perspectiva de sus familias, de sus hijos, de sus esposas.

El video terminó por hacerse, pero solamente duraba 6 minutos. En él, daban testimonio algunos de los ex compañeros de la planta de producción que habían sufrido accidentes discapacitantes, habían perdido dedos, manos, brazos enteros. Ellos fueron los que dijeron de viva voz: “No vale la pena”. Y los hijos de esos trabajadores remataron aquel video pidiendo a sus papás que tuvieran cuidado.

Ese video quedó reforzado con diferentes piezas de comunicación: Pósters, Manteletas en el comedor, volantes en la entrada. Y lo que inicialmente iba a ser un valium de veinte minutos terminó siendo una campaña interna de 3 meses con una fuerte rotación de versiones de las mismas piezas y un 0% de índice de accidentes 6 meses después.

Muchas veces ir más allá con el Cliente y descubrir de primera mano el origen de sus problemas resulta mucho más productivo y sobretodo, efectivo.

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